Querido Dr. Salinas, tengo tanto que agradecerle y las palabras sobran. Desde el momento que salí de alta hasta la fecha, cada día, veo a mi mujer, a mis hijos y a mis nietos, y me siento lleno de vida. Vida que usted me devolvió gracias a su expertise y a su vocación, que en muchos carece y a usted le sobra. Disculpe la brevedad, pero celebrar la vida rodeado de mi familia sin enaltecer su trabajo me parece un descaro. Deseo que estás palabras le causen la misma satisfacción que a mi al escribirle. Siga siendo un gran doctor, pero sobretodo el valioso ser humano que es.